Blog con Reviews de obras publicadas mayormente por Vertigo Comics, pero también de otros sellos y compañias. VERTIGO and all characters featured in it´s issues, the distinctive likeness thereof and related elements are trademarks of DC Comics. Solamente voy a postear reviews de comics con varios años en el mercado, asi que no voy a avisar antes de cada spoiler.

miércoles, 29 de octubre de 2008

Hellblazer 71 - “Finest Hour”


Escrito y dibujado por la pareja regular de Hellblazer, Garth Ennis y Steve Dillon, el número 71 marca el fin de la etapa de Constantine borracho y ciruja. Esto me hace darme cuenta ahora de que el especial probablemente debería ubicarlo como 71.5 en vez de 70.5, porque ahí ya se lo ve bien a Constantine, pero igualmente el 71 tiene tapa de Noviembre de 1993, por lo que ya de por si era varios meses después del especial.


Esta etapa se prolongó seis meses en la vida de John y no tiene muchos logros más allá de haber matado al Rey de los Vampiros y haberlo meado mientras se moría. No se si la etapa en si fue bien o mal aprovechada (tuvo sus momentos, como cuando le ofrecían bencina para tomar en un local) pero al menos a mi me gustó que se termine de una vez. No fue una etapa particularmente larga, por lo que no puedo decir que se alargó demasiado, pero igualmente así es como terminé sintiendo todo el asunto.


Glenn Fabry brinda una linda portada, en la que no necesita incluir a Constantine para plasmar un buen concepto que a su vez tiene que ver con la historia del número de un modo muy claro.


El número empieza con Constantine vagando por ahí cantando en pedo hasta que se ve interrumpido por su propio vómito (acompañado de un poco de sangre). Se acuesta en una colina para descansar un poco y vemos el detalle de que se acostó justo al lado de un esqueleto. Le puede pasar a cualquiera.


Las páginas siguientes nos muestran las que parecen ser las horas finales de Jamie Kilmartin, piloto de 18 años en la segunda guerra mundial. A esto le sigue un flashback corto del piloto en el cual lo cagan a pedos por tratar a la muerte de manera demasiado amistosa (“When old man death’s going to come calling…”). Volvemos y nos enteramos, por medio del diálogo interno de Jamie, que entendió lo que le dijeron, que la muerte no es algo para humanizar o para hablar a la ligera, que cuando la muerte viene uno elige querer vivir o morir y lucha hasta la última gota de sangre para lograr sobrevivir. Se da cuenta de esto y aprecia la lección que le dieron, pero se da de frente contra una colina y se muere.


Hay una página en la que se superponen los últimos momentos del piloto en el avión prendido fuego con John despertándose del sueño en el que estaba viendo toda la historia de Jamie, para ver después que el esqueleto estaba al lado y como que se le “tira” encima. John camina un poco y desentierra los restos del avión.


A esto le sigue una secuencia en la que vemos como John se encarga de manera muy fácil del molesto problema material necesario para reencauzar su vida. Mira fijo con cara rara a un típico gentleman inglés, que siente la extraña necesidad de darle su chequera, su billetera, y el pin de su tarjeta de debito. Al final de todo era así de fácil levantarse, estaría bastante bueno poder hacer eso en el día a día, cuando viene la necesidad.


John se afeita y se consigue una muda limpia de ropa (traje y piloto lógicamente) y se va a enterrar a Jamie, el piloto que por morir al lado de donde Constantine se iba a acostar en pedo pudo ayudarlo a dejar atrás su dolor por Kit y seguir con su vida.


El número se lee bastante rápido y resulta entretenido, sin llenar demasiado. Sigue la tendencia general (al menos es lo que me pasó a mi) de los últimos números de Ennis en los que todo me resulta un poco soso. Tiene buenos momentos, como cuando el gentleman inglés le da todo a Constantine, pero en sí no muestra nada significativo. La historia del piloto que le devuelve las ganas de vivir a John es lo suficientemente simple para que Ennis no se enrede y puede sonar creíble como una historia que puede tocarle el corazón a alguien y hacerle recuperar las ganas de existir, pero no sobresale realmente.


En fin, como resolución de toda la trama Constantine borracho cumple y deja expectativas con respecto a lo que vendrá después, pero es uno de esos números de los cuales uno olvida todos o casi todos los detalles después de no demasiado tiempo.

Hellblazer 70.5 - “Confessional”



70.5 es en realidad una numeración agregada por mí para señalar en que punto tengo que leer este número. En enero de 1993 se publica el que creo que es el primer especial de Hellblazer (la portada dice nº1 al menos).


El equipo creativo del especial es el mismo del de la serie regular en el momento, Garth Ennis se encarga de historia y palabras mientras que Steve Dillon hace lo suyo con los dibujos, la narrativa y la tinta.


Glenn Fabry nos da una bastante linda portada, con una cara psicodélica como encabezado que, a pesar de que esta muy bien hecha, no tiene nada que ver con lo que pasa adentro más que el hecho de que hay flashbacks a los 60’s (excepto que la intención de Fabry haya sido que ese fuese John de pendejo en los 60’s, que si era así, no le salio ni un poco). La parte de debajo de la portada, con los motivos de Iglesia y John haciendo dedo también están muy bien logrados (incluyendo que la cabeza de John se inserte justo en una de las auroras del vitró), pero el que haga dedo parado en el medio de la calle no tiene mucho sentido.


El especial empieza buscando un golpe de efecto que no sorprende demasiado y que nadie espera que sorprenda por si mismo. Por ahí en otro comic encontrarse al personaje principal fumando un cigarrillo sentado al lado de un cadáver sangrando en una iglesia vacía resulta raro, pero en Hellblazer es hasta esperable.


Un par de páginas después se nos explica un poco más de que va la mano cuando vemos que John se cruza a un tipo con una cicatriz fea y ojos perdidos y que esto hace que se tire al piso abrazándose a si mismo, para después putearlo y seguirlo adentro de una Iglesia. Explica un poco más pero abre la pregunta obvia de por que esta muerto el mismo tipo un par de hojas antes y por que Constantine se cagó tanto y después le agarró tanta bronca.


Los dos protagonistas se ponen a hablar en la iglesia y empieza un flashback al final de los 60’s en el que vemos a un John bastante pendejo, recién yéndose de Liverpool para vivir en Londres. Lo vemos a Johnnie en una escena muy estereotipada de los 60-70’s, cogiéndose a dos lindas hippies que están recorriendo Inglaterra en su camioneta roja con una flor y un “Love” pintado al costado. Menos creíble es el detalle de que supuestamente se las levanta porque les dice que es el primo de Paul McCartney, no creo que nadie haya sido tan boludo por más 60’s que fuesen. Obviamente fuman un poco de porro y toman un poco de merca y John sigue haciendo dedo.



El próximo que lo levanta es un gordito que se llama Phillip Tolly. Puede ser parecido al del principio, de hecho es bastante lógico que lo sea, pero este tiene todo el pelo mientras que al del presente solo le queda el de los costados, aunque es del mismo color. Viajan un rato mientras hablan de cosas embolantes cuando el tipo le manda un “I want to suck you” desconectado entre dos oraciones sobre vino noruego. Johnnie le dice que repita lo que dijo, el otro lo repite con una sonrisa bastante siniestra (un punto a Dillon ahí por la expresividad), lo que causa que Johnnie le grite que pare el auto. El gordito pervertido acelera en vez de frenar y hace que choquen de costado. Le dice varias veces “There, There” mientras le tira un speech de pedofilo intentando controlar la situación. Se agacha y cuando está bien abajo John le pega un rodillazo y se va corriendo sin entender nada después de ver que al tipo le salía sangre de a chorros a lo película de ninjas vieja clase b.



A esto le sigue una secuencia en la que lo encuentra la policía, que no le cree nada y hace que los lleve adonde había quedado el auto. Después de un poco de obligado suspenso y gritos vemos que en realidad el gordito había sangrado tanto porque el rodillazo de John había hecho que se clave una hoja de afeitar en la mejilla, justo al lado de la nariz. El suspenso de toda la escena es un poco cliché, pero el diálogo de John cuando se está acercando a mirar al tipo está bastante bien, es pretencioso pero es entendible teniendo en cuenta que lo que se estaba narrando era un hecho que marcó al Constantine del momento, que todavía no había visto una docena de demonios, por nombrar una cosa.


Después de esto volvemos a la Iglesia, donde John se compromete a escuchar la historia del gordito. Sale otro flashback, esta vez a la vida del Predicador Phillip. Se nos cuenta que los 60’s no eran la mejor época para ser un cura. El ver que los jóvenes no iban a la iglesia y que en cambio se la pasaban haciendo cualquier cosa por ahí hizo que Phillip se vaya amargando cada vez más y le crezca el rencor. Este fue subiendo hasta que empezó a contarle a los padres y a la policía cada cosa que un joven iba y les contaba en el confesionario hasta que lo visitó una piba que, estando en una orgía, se dio cuenta que se había cogido a su hermano una vez que ambos ya hubiesen acabado, relato que hizo que la empiece a cagar a trompadas mientras le gritaba “Puta!”. Esto se vio interrumpido por una visita bastante ilustre, el Adversario. Primero le da un discurso bastante divertido al cura sobre la vuelta de Jesús, que esta vez iba a nacer negro, gangster y anarquista. Después de revelarse como quien es, hace que el padre escuche su confesión.


Escuchar esto hace que el gordito salga gritando “Imperio de mentiras” y otras cosas mientras se arranca el hábito, tira y rompe el crucifijo y después prende fuego la iglesia entera.


Uno supone que lo que escuchó era bastante duro, pero quien te dice que no era mentira y prendiste fuego toda tu iglesia al pedo, en fin. A esto siguen un par de viñetas con asesinatos que fue cometiendo mientras viajaba, con comentarios relacionados pero opuestos en los que no se menciona que los mataba sino que iba siendo mejor cura, etc. Esta secuencia esta bastante bien lograda. A eso le siguió el encuentro con Johnnie y a eso un encierro en un instituto psiquiátrico, catatónico, en camisa de fuerza y en un cuarto con paredes blancas y acolchadas, en definitiva el clásico estereotipo del cuarto para locos. El Adversario lo visitó todas las noches durante veinte años, hasta que una noche lo liberó de la nada. De ahí caminó a la iglesia, se lo encontró a John, y volvemos en círculo a justo después del principio. John le pregunta cual es la confesión del diablo, el gordito se clava un lápiz en cada ojo, y ya si volvemos al principio-principio.


A esto le sigue un final con John teniendo una reflexión pomposa pero que funciona a su manera como un preludio más al inevitable enfrentamiento entre John y el Adversario. La reflexión no resulta fuera de personaje, teniendo en cuenta el gusto por lo dramático de Constantine.


Para terminar esto con mi opinión, tengo que decir que el especial me gustó pero me pareció poca cosa. Todo el número en general se sintió como un capítulo no muy bueno de una serie policial con un toque de algo más oscuro (podría haber sido un capítulo medio de relleno de Criminal Minds). No es malo y tiene sus momentos, pero en sí no deja nada memorable.

Dillon cumple bien con los dibujos, siendo bastante expresivo de a momentos, pero tampoco brilla.